Para tener la calidad moral y dirigir un grupo que luche por los derechos humanos más fundamentales, como el caso de la vivienda, es necesario ser responsable de sí mismo y de sus acciones. Esto es algo que José Humbertus no ha entendido del todo. Él es incapaz de asumir responsabilidad por lo que hace, siempre es la victima de todos, incluso de personas que no saben ni siquiera que existe, como Eruviel Ávila.
Humberuts brilla por su irresponsabilidad. Desde hace diez años se ha encargado de motivar a que las familias de distintos fraccionamientos en Tecámac, Guadalajara y Chihuahua entreguen sus casas en juicios bajo la promesa de que un día serán gratuitas.
A José Humbertus se le hace fácil que otras personas pierdan sus casas mientras el tiene más de dos viviendas. Se le hace fácil llevar a juicio a familias que no pueden pagar un abogado responsable y que realmente sepa defenderlos. Se le hace fácil que dejen de pagar sus créditos para que le paguen a él las cuotas para que se pueda pasear de un lado para otro sin trabajar. Se le hace fácil que las familias se queden sin hogar y hasta tiene el cinismo de minimizar sus acciones, diciendo que sólo ha perdido una veintena de casas… como si perder veinte casas fueran pocas.
Y ahí no para la cosa. Una de sus mayores irresponsabilidades es la liberación de presos bajo su mandato divino. Humbertus se llena la boca hablando de su famosa base de datos. Esta supuesta base de datos explica el “activista”, es la prueba irrefutable de que sus defendidos son inocentes. ¿Qué contiene su base de datos? Nada, sólo las palabras que le dicen sus allegados, esa es la única prueba que presenta Pérez Espinoza para decir que deben estar en libertad.
Humbertus dice que ya con esa base de datos los jueces y los legisladores deben liberar a todos. Es como si un manto divino los volviera inocentes. Los falsos culpables pueden existir, pero es necesario presentar pruebas sólidas, no sólo estar en la “lista de Humbertus”. No cabe duda de que el “activista” está enfermo de poder