LOS PRESOS, EL NEGOCIO QUE SUSTENTA LA VIDA DE LUJOS DE JOSÉ HUMBERTUS

 

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José Humbertus Pérez Espinoza

El El activista no le bastó el dinero de las cuotas por asesorías de vivienda, en la cárcel descubrió un negocio más grande, los presos


Para muchos de sus ex seguidores, José Humbertus Pérez Espinoza es el clásico oportunista que ve una pequeña ventana de negocio y la aprovecha en el instante, fue así como logró consolidar uno de sus más grandes negocios, los presos.

 

Al activista y “defensor de los derechos humanos” no le bastó con ser encarcelado por amenazar a una familia con violencia física y ser señalado por cometer distintos fraudes de vivienda, ya en el reclusorio vio el verdadero negocio, aprovecharse de los más desafortunados.

 

Cinco años le bastaron a Pérez Espinoza para que se organizara y durante su estancia en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Chiconautla, creara uno de sus movimientos más importantes, otro negocio disfrazado de activismo denominado Presunción de Inocencia y Derechos Humanos A.C.

 

Fue en el 2020 cuando el activista salió de prisión y durante su estancia no perdió ni un momento para seguir enriqueciéndose de los más necesitados, después de su experiencia en el centro penitenciario, conocía bien las necesidades de los presos y su gran anhelo por salir de ese encierro, ahí fue cuando vio una brecha de posibilidades y se acercó a las familias de sus excompañeros de celda para prometerles sacar a su conocido de la cárcel. Aunque fuese imposible en la mayoría de los casos, eso no fue impedimento para prometerles a los conocidos lograr algo inimaginable.

 

Su falso activismo de vivienda lo dejó de lado y aunque seguía con el tema, vio en los presos el verdadero negocio.

 

Promotor de la Ley de Amnistía en el Estado de México, José Humbertus Pérez ha viajado este último año a cinco estados para ampliar su fuente de ingresos y comentó en su última conferencia de prensa que tiene otros cinco estados más en la mira para expandir sus asesorías legales en relación con la amnistía.

 

Sin tener un trabajo estable, sólo con el dinero de cientos de personas que confían en su palabra, Pérez Espinoza goza de una vida cómoda, sin preocupaciones, con pan en la mesa a diario, iPhone de última generación y viajes alrededor de la república.